¿Cómo que «pacificación por capuccino»? ¿De qué hablan estos ahora? A ver, no es exactamente cosa nuestra. El concepto nos lo trae el maestro, David Harvey, en una entrevista con la revista ICON en la que nos habla del derecho a la ciudad, gentrificación, las relaciones sociales en la ciudad y, claro, capuccino.

E.: Hablas de cómo Michael Bloomberg, antiguo alcalde de Nueva York, ha reconfigurado la ciudad, principalmente Manhattan. Bloomberg utiliza el eslogan «Building like Moses, with Jane Jacobs[i] in mind», pero entonces tú preguntas: «¿Qué haces con las personas que tienen que moverse o desplazarse?» Entonces, ¿abogas por unas ciudades más estáticas? Parte del dinamismo de las ciudades radica en que la gente se mueve dentro y fuera.

David Harvey: ¿Pero quién se está moviendo realmente y quién está siendo expulsada[ii]? No veo expropiaciones[iii] en Park Avenue o en Mayfair. Veo que las expropiaciones se utilizan frente a poblaciones vulnerables que están situadas en zonas ventajosas. La tierra es considerada de alto valor y por ello tiene que ser destinada a los más altos y mejores usos, para convertirse en centros de oficinas o en zonas de lujo en vez de en espacios que la gente normal pueda habitar. Hay un sesgo de clase inherente en el sentido en que los espacios de la ciudad son distribuidos. ¿Por qué deberíamos aceptar un sistema donde la gente que se tiene que mover es la más vulnerable y la gente que se puede quedar donde quiera es una minoría?

E.: ¿Qué significa el «derecho a la ciudad» en este contexto? ¿Y a quién te estás refiriendo en Nueva York?

D.H.: La gente que construye y mantiene una ciudad debería tener derecho de residencia y ventajas en tanto que han gastado su tiempo en esa construcción y mantenimiento: tan simple como eso. La gente que viene a Nueva York a las seis de la mañana para despertar a la ciudad, y quienes viven con 30.000$ al año, tienen derecho a la ciudad que precisamente están despertando. No es simplemente un derecho a la ciudad existente, sino un derecho a transformar realmente la ciudad para que no terminar con palacios de consumo para los ricos y zonas de lujo en el centro de la ciudad. Muchos grupos minoritarios se están moviendo fuera de la zona metropolitana de Nueva York para irse fuera, a pequeños pueblos en Pennsylvania, porque ya no pueden afrontar los precios de la zona metropolitana.

E.: Utilizas El Alto[iv] como un ejemplo de ciudad conectada[v], donde diferentes grupos han tenido que encontrar la forma de vivir conjuntamente. Pero entonces dices que «tienes que hacer estas cosas o de lo contrario te joderán», lo que implica una fricción que la gente de las viejas ciudades ya no acostumbra a hacer, y no les gusta mucho. ¿Es posible reintroducirla?

D.H.: En los últimos 30 años hemos pasado por un proceso de –y utilizo la frase de Sharon Zukin– «pacificación por cappuccino». Es perfectamente evidente que la gente tiene una vida no conflictiva y, en la medida en que tengan una vida no conflictiva, perderán el contacto con mucho de lo que les rodea. Pero de repente todo el mundo se agita y las personas empiezan a hablar las unas con las otras, quienes nunca habían hablado con nadie. Entonces las cosas se calman y aparece una nostalgia por la gran unión que tuvieron, pero nadie puede pensar realmente una razón para que vuelva a existir. Una ciudad conectada es siempre algo mucho más atractivo. El problema es tener una ciudad conectada donde la gente no se mate entre sí. No queremos encontrarnos cuerpos decapitados frente a nuestra puerta cuando nos levantamos por la mañana. Las etnografías hechas en El Alto muestran que las solidaridades, que existen, se dan alrededor de formas conflictivas de vincularse. Esto es lo que mantiene a todo el mundo hablando entre sí.

E.: ¿Qué hay del grado en que el urbanismo está acelerándose – qué tipo de tensiones están siendo aplicadas a esas nuevas poblaciones urbanas?

D.H.: No quiero generalizar tan fácilmente: la situación de Nueva York es muy diferente a la situación actual de Mumbai. En los últimos 50 años hemos pasado de un situación en que un cuarto por cierto de la población mundial estaba urbanizada a un 50 por ciento o más en la actualidad. Ha sido una dramática, dramática reorganización de las poblaciones globales, incluido un súbito incremento de las ciudades masivas –cualquiera por encima de los 20 millones– como São Paulo o Mumbai.

A la izquierda, hemos tenido la aislada voz de Mike Davis [teórico del urbanismo], que ha estado constantemente escribiendo sobre estas cuestiones. Y pienso: ¿por qué en la cara de estas masiva transformación de la vida diaria no ha habido un pensamiento de izquierdas que piense en el tipo de políticas que saldrán de esto? Qué tipo de mecanismo de gobernanza y represión van a ser constituidos alrededor de estas masivas poblaciones. Estas enormes poblaciones, que han aparecido de repente, son muy disruptivas; han sido redirigidas desde el campo, han sido empujadas desde todas partes. No es como si el gobierno creara estructuras y diese la bienvenida a migrantes; los gobiernos están permanentemente tratando de ponerse al día.

E.: China está creando ciudades a una escala que nunca hemos visto. Señalas que, en el siglo XX, los Estados Unidos han construido pisos para sacar a su economía de constantes depresiones, pero eso ya no se puede hacer – simplemente hay demasiadas casas vacías. ¿Te preocupa que China termine con ciudades vacías?

D.H.: Los chinos están construyendo ciudades enteras y están buscando a gente que las habite; es una especie de urbanismo pre-preferente. Pero hay muchos conflictos en camino. Incluso los informes oficiales muestran una duplicación de incidentes de diversos tipos, y muchos de esos incidentes se producen en los desplazamientos. Es un gran desafío que incide en la inestabilidad y agitación que la población genera en torno a la urbanización, tal y como ocurre en las fábricas: Foxconn[vi] y el resto de ellas. Al mismo tiempo, están absorbiendo ingentes cantidades de excedente de capital y trabajo a través de este enorme proyecto urbano, que está irremediablemente ligado a la sobreproducción[vii]. Por otro lado, los chinos también tienen un excedente presupuestario, de manera que puede recapitalizar mucho de esto. Sea como fuere, muchos municipios están muy endeudados, por lo que podríamos ver una crisis de deuda a nivel municipal en la China de los próximos años.

E.: ¿Cómo están cambiando las viejas [antiguas] ciudades? ¿Cómo de exitosos están siendo sus intentos de reinventarse?

D.H.: Muchas de esas antiguas ciudades se han ido efectivamente a pique. Vemos ciudades en contracción en Detroit o Buffalo; en el ese de Alemania y también en Japón. Detroit no tiene la base industrial que una vez tuvo, así que tiene muchas casas que ya no necesita. Tal vez estas ciudades en contracción puedan tener o generar alguna forma alternativa de urbanización. Ves una ciudad en este país como Manchester, que se está reinventando a sí misma. No es una ciudad en contracción como Detroit; está saliendo de la des-industrialización de los años 80. Por toda Europa ha aparecido un modelo de ciudades empresariales que tratan de transformarse a sí mismas en polos de crecimiento de su región.

Estuve en España, tal vez hace cuatro años, y monté en el tren de alta velocidad. Iba a través de estas ciudad contando las grúas de construcción, en Madrid y en Valencia y Sevilla… y al mismo tiempo decía «pero esto es de locos», y  todo el mundo sea reía y decía «sí, es de locos, pero no podemos hacer nada al respecto». Ahora tenemos un problema.[viii]

E.: ¿Cuál es la cuestión más acuciante que han de estudiar los urbanistas hoy día?

D.H.: El capitalismo está en una gran encrucijada, por lo que los modelos de urbanización que vemos están también inmersos en todos esos problemas, o lo estarán. Tenemos que pensar en un modelo de urbanización alternativo que nos aleje de la acumulación por la acumulación misma y de la producción por la producción misma.

E.: ¿Cómo afecta el calentamiento global a la urbanización? ¿En qué tipo de ciudades deberíamos estar viviendo?

D.H.: No podemos disminuir nuestro consumo de combustibles fósiles sin transformar los suburbios y el estilo de vida suburbano. Si los suburbios solo fuesen pobres, simplemente diríamos: salid de aquí, vamos a remodelar todo esto. Pero estamos lidiando con todo un entramado de intereses que simplemente no quieren cambiar el estilo de vida suburbano, aunque éste sea hoy favorable al calentamiento global.

Si quieres ver exageraciones en la exposición de todos estos problemas, ve a China. No hay duda alguna sobre las consecuencias medioambientales de la urbanización que hemos sufrido hasta ahora: incluso pararon el tráfico en Beijing durante dos semanas antes de las Olimpiadas. Los chinos son muy conscientes de ello, por lo que están tomando en consideración las cuestiones de la calidad del aire y del agua. La progresiva reducción de la importancia de estos problemas que se está dando en Gran Bretaña, en China por el contrario se está planteando dramáticamente. Y los chinos tienen la posibilidad de decir, bueno, vamos a encontrar una versión anti-capitalista para esto. Dudo que vayan a hacerlo, pero ello al menos tienen la posibilidad de hacerlo.

[i]  [NdT] La obra de Jane Jacobs, teórica del urbanismo desde mediados de los años 50ha influido en una concepción del urbanismo más «espontánea» y flexible que la centralización de mediados del siglo pasado. Esta última concepción, que tendía a priorizar al automóvil por sobre el viandante, está perfectamente representada precisamente por Robert Moses. El urbanismo de Moses es el responsable de la expulsión de muchos proletarios fuera de sus vecindarios tradicionales en el Nueva York de mediados del siglo pasado.

[ii] [NdT] En el original «priced out», que hemos optado por traducir como expulsión. Nótese el componente económico del concepto.

[iii] [NdT] En vez del término «expropiación», David Harvey utiliza el de «eminent domain» en el original, otro concepto de difícil traducción al castellano al ser algo típicamente norteamericano. Sería el equivalente a «compulsory purchase» en el Reino Unido o a «expropriation» en Francia.

[iv] [NdT] El Alto es la segunda ciudad más grande de Bolivia y, en las últimas décadas ha sufrido importantes transformaciones y conflictos que han hecho que David Harvey tome su caso en su obra.

[v] [NdT] En el original «engaged city», otro término desarrollado en los estudios urbanos anglosajones durante los últimos años.

[vi] Empresa de componentes electrónicos que manufactura productos Apple y que ha visto una gran cantidad de suicidios y protestas por las condiciones de trabajo.

[vii] [NdT] En el original Harvey se refiere al sentido en que Marx emplea el término como algo inevitable  e inherente al proceso de acumulación de Capital.

[viii] [NdT] Debe notarse que ya David Harvey escribió varios artículos en 2004 anunciando el problema que se avecinaba con la enésima crisis de sobreproducción. Una muestra de ello puede encontrarse en la entrevista que tradujeron César Rendueles y Carolina del Olmo: «Las grietas de la Ciudad capitalista». Puede encontrarse en el número 62 de la revista Archipiélago (2004).

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